miércoles, 1 de octubre de 2008

Resurrección


Me siento extraña. Visualizo mi cavidad interna un tanto trasladada hacia el lateral izquierdo, en la zona dorsal posterior.
Recuerdo vagamente una discusión, un posterior altercado y un hombre sin rostro que me intimida. A ver qué fue lo último que escribí en la Bitácora del BuKu. Pero… ¡No está! ¡Es inconcebible! Salgo atestada de flujo sanguíneo entre mis sienes. Me detengo en el centro del corredor y grito con mi máximo caudal sonoro:
— ¿Quién ha robado la Bitácora del BuKu de mi camarote?
—Capitana F1, ¿me puede explicar que hace dando esos alaridos?
— ¿Dónde está la Bitácora BuKu? Contramaestre P2 usted fue el último que recuerdo. Dígame: ¿por qué la hurto? Lo seres saturninos siguen las reglas…
—Le tolero este comportamiento, porque entiendo que ha pasado por circunstancias extremas, pero no me presione…
—No comprendo de qué me habla.
—Capi, te necesito en mi cocina. Tienes un paladar selecto y elaboré unas trufas de chocolate con un ingrediente especial que deseo degustes y me des tu más sincera opinión.
—C50 ¿Cómo me puedo negar a tan deleitable invitación?
Veo de perfil como dos cráneos juntos se asoman desde el compartimiento de la Científica K3. Después de mi última relación afectiva no me interesa, nunca más, entregarme plenamente a otro ser, que ejecuten lo que les plazca con sus organismos.
Entró por primera vez al receptáculo de elaboración alimenticia, es un lugar amplio, por estar simplemente para conceder gustos olvidados. Todo es metálico, los paneles, la gran mesada, los artefactos para la cocción, la batería, los anaqueles, parece que estuviéramos en una fundición, sólo que se cuecen manjares en vez de metal. Además se respira una limpieza higienizada desde el plano hasta la bóveda, pasando por cada uno de los objetos y materias primas que desconozco por completo.
—Capi, cierra los ojos y abre bien grande la boca. Esto merece la atención de todo tu organismo sensitivo.
— ¡Qué placer!, C50, sólo por esta delectación vale la pena haber aceptado comandar el BuKu.