lunes, 19 de mayo de 2008

Discurso banal


— ¿Qué es eso tan sibilino que me tienes que comentar?
—He dejado de ser impenetrable.
— ¿Qué estás diciendo?... Yerros.
—No es ningún error.
—Entonces…, ignominias.
—No me arrepiento, a pesar que no transcurrió como…
— ¡Basta! Culmina con este discurso banal. No puedes haber transmutado tanto. Nosotros provenimos de planetas transpersonales. Nuestra laya es insuperable. No nos involucramos con esa categoría del Sistema Solar.
—Hay más…He acoplado con una homónima.
— ¡Basta! ¡Basta! ¿Cómo nos has hecho esto? No puedo permitir que arruines mi trayectoria.
El golpe me elevó a más de veinte centímetros del plano y volé hasta que mi espalda se estampó contra el receptáculo de higiene. Sentí como el omoplato derecho chispeaba. Me quedé muy quieta en posición fetal, con los miembros inferiores protegiendo mis vísceras.
Camina en mi búsqueda. Me respira sobre la cara. Verifica mis signos vitales…
¿Qué se hace en una situación como ésta? Gritar; los camarotes son insonorizados. Suplicar; la predestinación está iniciada. Escapar; me supera en tamaño y energía. En lo que dura un abrir y cerrar de ojos estiro las piernas con tanta ferocidad que le atino de pleno en la cara. Se bambolea hacia ambos lados. En su rostro veo el reflejo del destino que me había designado.
Dejó de percibir mi lateral derecho. El brazo está totalmente amoratado. Una punzada constante y aguda por detrás me avisa que sigo con vida. Pierdo el sentido.
—Gerente PU, le informa el mecánico KK que la nave se encuentra en estado óptimo de mantenimiento. Se ha realizado una exhaustiva revisión en las secciones exteriores y se ha cubierto el escudo anti-meteoros con otra capa protectora de titán.
Silencio. Vuelvo a oprimir el intercomunicador.
—Gerente Pu, estamos en condiciones de proceder a la desmaterialización del BuKu.
Silencio.
—Capitana F1, solicito permiso para ingresar a su camarote.
Silencio.
— ¿Qué sucede, Mecánico KK?
—No contestan, ¿Qué le parece que hagamos, Contramaestre P2?
—Permítame… Gerente PU solicito abra el panel de ingreso.
Silencio.
—Capitana F1, solicito abra el panel de ingreso.
Silencio.
—Mecánico KK le hago partícipe de mi dictamen de abrir en forma manual la única vía de ingreso al camarote de la Capitana F1.
—Si no queda otro recurso.
—No se mueva de aquí hasta mi regreso.

viernes, 16 de mayo de 2008

Motín a bordo


— ¡Esto es un atropello!, jamás me habían tratado tan despectivamente.
—C50, ¿qué te sucede?
—KK, ese hombre es una bestia…; peluda…; retrograda…; malvada...
—…Entonces…
—No ves que tanto el Contramaestre P2 como C50 se han visto humillados por el comportamiento omnipotente del Gerente PU. Si esto sigue así, pido reversión a Venus.
—Pues les recomiendo que se vayan acostumbrando porque en los niveles jerárquicos se comportan en modo tan arbitrario e injusto como el Gerente… Se creen los hacedores de la Galaxia.
—En mi situación profesional, no me queda otro procedimiento que presentar mi renuncia.
—P2, no te lo tomes a título personal, a mí también me trató peor que a una basura galáctica. Si quieres lloramos juntos y nos desahogamos.
— ¿Qué me está proponiendo? Cocinero de a bordo C50.
—Ok. Nada…, P2. ¡Qué poco sentido del humor!..., con lo que necesito distenderme.
—Podemos recurrir al vulgarmente llamado “agua y ajo”, (para los neófitos: aguantarse y a joderse) o presentar una renuncia en conjunto y abandonar la nave, con las consecuentes expulsiones por DIC, Desobediencia; Insubordinación; Conspiración.
—KK, este es mi primer trabajo, no puedo sublevarme. En más de mil pársecs volvería a trabajar de FIQ.
— ¿Entonces?, la primera opción o…
—…Nos deshacemos del Gerente PU… leí un libro: “Como matar a su jefe y no despertar sospecha”.
—Por favor, C50, en una nave, donde sólo estamos los presentes, ¡eso es absurdo!, recaerá la certeza en uno o varios de nosotros, lo mismo da…
—Pero, ¿si logramos que parezca un accidente?
Nos congeló la propuesta del Contramaestre P2, por lo fría y distante que sonó su voz.
—Bueno, dejemos las conjeturas para otra oportunidad que vamos a despertar sospechas sin haber consumado ningún plan. Debo comenzar con el escudo anti meteoros para preservar nuestras vidas.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Discusión pública


—Me vas a sugerir que todo esto lo haces… ¿por amor?
—Por supuesto, te amo y lo sabes.
—Todo esto es por tu insufrible ego plutoniano. ¿Cómo una neptuniana, tan poco meritoria, se ha atrevido a abandonarte?
El Contramaestre P2 nos exhortó a la cordura.
—Por favor, Comandancia conjunta. Esto es vejatorio, agraviante y vergonzoso para el resto de la tripulación. Si no ponen fin a esta discusión “íntima” me veré en la obligación de informar vuestras actuaciones, con el correspondiente asentamiento en vuestros respectivos currículum vítae y las sanciones correspondientes.…
—Se atreve a formalizar esa amenaza y le prometo que nunca más podrá conseguir otro empleo en la Galaxia, excepto de BITC… ¿le traduzco?, de Basurero Intergaláctico a Tiempo Completo. ¿Le ha quedado claro?, o ¿necesita que se lo vuelva a repetir?
Por la palidez que brotó del rostro del Contramaestre P2 quedo sin lugar a dudas que no era necesario reproducir lo antedicho.
— ¿Algún otro comentario?
Iba a refutar que él no era dueño de la Galaxia, pero asumí que a esas alturas nada de lo que se dijera tenía importancia. No hay ser más necio que él que se niega a razonar.
—Gerente PU solicito continuar esta conversación en mi camarote.
—Ya estás entrando en razón, y… ¿para qué?
—Necesito hablar contigo “en privado”
—Tripulación: solicito que se retiren de la cabina de mando. Urgente.
Mire al Mecánico KK con una expresión de pánico: ojos desorbitados, labios comprimidos, maxilares apretados, cejas elevadas, todos los gestos en extremo exagerados.
—Gerente PU es imprescindible que ajuste los mecanismos del BuKu antes del punto de zarpada. Deberé aplicar una capa extra anti meteoros para evitar las perforaciones a este cachivache. No sé cuánto tiempo me demandará. Lo mejor es que comience ya.
No poseerá sensibilidad alguna, pero lleva mucha galaxia recorrida y sabe leer las expresiones femeninas, aunque hay que dramatizarlas un poco para que tome nota.
—De acuerdo, Mecánico KK inicie las modificaciones de inmediato y preséntese en el camarote de la Capitana F1 cuando estemos prestos para partir.
Me miró de soslayo, con su gesto triunfal, una media sonrisa que más bien se asemeja al hocico de un dóberman, en el instante previo a clavarte sus fauces

viernes, 9 de mayo de 2008

Constelación de Sagittarius


Ya en el nivel superior, el resto del equipo nos observa. PU le dirige una mirada de desprecio a KK, en modo de advertencia. Habrá cambio de Mecánico por algún inconveniente poco habitual, aunque innegable en breve… A nadie le permite desafiar su poder, muchas han sido las ocasiones que presencié con la maestría que, según él: “pisoteaba inmundas cucarachas”…
—Comenzamos la reunión. Traté que fuera conjunta, pero al no ubicarla en su camarote Capitana F1, decidí unilateralmente no demorar más la partida del BuKu hacia nuevo destino. Contramaestre P2, informe el nuevo punto de anclada; x=3.
—En mi módulo se solicita nos dirijamos a la Constelación de Sagittarius, que es centro galáctico de la Vía Láctea y por consiguiente una zona de exorbitante dinamismo con gran cantidad de objetos de cielo profundo, cúmulos estelares y nebulosas. Cubre un área de alrededor de 867 grados cuadrados. Se debe tener precaución dada la extensa lluvia de meteoros que suele producirse en sus inmediaciones.
Praxis fijada en explorar Scutum, Aquila y Delphinus para controlar los niveles de tolerancia de la zona y rastrear posibles contaminantes como el Polonio 210.
—Gracias Contramaestre P2. ¿Alguna observación?
Silencio.
¿Qué iba a comentar?, que otra vez nos envían a un vórtice alejado de donde nos localizamos sin haber ejecutado ninguna tarea. Preferí callarme la boca y dejar que tomara control de la nave.
—Capitana F1 le solicito me entregue la Bitácora del BuKu para continuar con las anotaciones.
—De acuerdo, Gerente PU… si es que la encuentro.
— ¿Cómo?
—Creo que la he perdido.
—No te creo. Es otra de tus fabulaciones para despreciarme.
—Tú me estas castigando al solicitar compartir la dirigencia de esta nave con tu “ex” compañera.
—No me dejaste otra opción…, al desaparecer de la faz de la Galaxia.
— ¡Eres insoportable! Siempre tienes una respuesta válida, además de la última palabra emitida.
—No estás siendo objetiva.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Masajes aromatizantes


Me dispongo a descansar luego de tanto ajetreo emocional. No puedo. Me levanto y sin siquiera reflexionar voy hacia el camarote de la Científica K3. Llamo.
— ¿Quién es?
—Capitana F1.
Se abre el panel de ingreso. Me reciben unos dedos suaves y delicados que acarician mis mejillas.
—Te estaba esperando.
Me abalanzo sobre ella pero me detiene por los hombros.
—Se nota que no posees la menor experiencia en el arte de amar. Si quieres…, te enseño a mi manera. ¿De acuerdo?
Asiento con la cabeza.
Me hace repetir todo lo que sucediera entre nosotras pero al revés. Soy yo la que le enjabona todo el cuerpo. Cuando llego a la entrepierna me detengo. Excepto mi propio sexo, jamás he tocado ninguno. Apoya su mano sobre la mía y me guía como realizar el movimiento. Notó como se estremece hasta que me suelta. Sale del receptáculo de higiene y se pone un albornoz que casi de inmediato tira al plano. Acomoda su esbelta figura sobre la cama de cubito ventral y observa cómo me ducho a mí misma, sin detenimiento, excepto una parte de mi cuerpo que sí higienizo en detalle.
Cuando me enfilo hacia ella estira su brazo y toma un frasco de aceites aromatizantes que deja caer entre mis palmas. Comienzo a darle un masaje por todo el cuerpo, desde la punta de los pies hasta…
—Mensaje a toda la tripulación: Gerente PU solicita una reunión urgente en el puente de mando.
Me asustó y le derramo parte del fluido. Coge una toalla y se quita ese brillo cutáneo. Se viste en lo que tarda un rayo cósmico en estallar. Resignada la imito mientras miro como sale lanzada hacia el exterior.
Salgo justo en el mismo instante que el Mecánico KK termina de pasar frente al compartimiento. Ruego que no se dé vuelta, mas se detiene. ¿Me habrá visto por el rabillo del ojo?
— ¿Qué hacías dentro del camarote de K3?
—Necesitaba hablar con una amiga.
— ¿Una amiga?

martes, 6 de mayo de 2008

Reencuentro


Se van retirando los comensales. Me quedo a solas con PU. Ya no siento temor. Es otro juego de poder.
—Te noto diferente y no sé en qué.
—Las experiencias te hacen cambiar.
—Cuantas veces te tengo que decir que ella no significo…
—No me refiero a tus experiencias, sino a las mías.
—Me vas a contar que ese mecánico bruto y tosco modificó tu sentimiento por mí.
—… No sólo él…
—Vamos, delfincita, nadie te ama como yo.
—Eso es verdad… Depende como lo mires.
— ¿Quién te ha tratado como a una reina?
—Nadie, en eso tienes absoluta razón.
—Entonces, ¿por qué te escapaste de mí con seres totalmente desconocidos?
—Necesitaba respirar mi propio O, que algo dependiera de mí, todo era nosotros, tú, nosotros. Sí, era tratada como a una reina… prisionera de ti y asfixiada por tu entorno…
—Pero, todo lo hice pensando en ti.
—Quizás nunca te haya pedido tanto.
—Me dejas aturdido. Suponía que tenías un ataque de celos. Este asunto es vituperable.
—Como has dispuesto venir hasta mi lugar de trabajo a averiguarlo... Lo sabrás, pero tenemos mucho tiempo por delante. Encaminémonos despacio.
Di medio giro sobre mi misma y salí hacia el nivel de los espacios de relax. Estaba un poco mareada. Las piernas me temblaban una décima. No había superado mi sometimiento para con él. La distancia física sólo me había hecho creer en quimeras. Continuaba bajo sus redes emocionales como los atunes atrapados en la almadraba en medio del mar.
Se abre el panel de ingreso del primer camarote enfrente del de la Científica K3. Escucho sollozar.
—No tenía derecho a tratarme así, Capi. Lo detesto.
—Pero C50, ¿qué te ha lastimado tanto?
—Capi, no comprendes porque no sientes diferente a tu forma biológica.
— ¿Puedo sincerarme contigo?
— Prefiero que no, Capi, no te ofendas…, pero a veces la confianza da asco.
—Tienes razón.
—Sólo soy el cocinero de a bordo, tu más ferviente admirador homosexual.