lunes, 28 de abril de 2008

Agasajo de bienvenida


Se abre el panel de ingreso a la nave. Se desliza el compartimiento de emergencia. Al fondo del largo corredor de acceso se vislumbra una silueta que con cada paso se va tornando más visible. Cuando sus extremidades, por fin, pisan el plano en la cabina de mando, se sella la entrada automáticamente.
Se adelanta la Científica K3.
—Bienvenido al BuKu, Gerente PU, le desea nuestra tripulación.
Y le estampó un sonoro beso en la mejilla, coloreándole los pómulos de un tono bermellón.
—Muchas gracias por el recibimiento.
—Esto no es nada, he preparado un delicioso menú en tu honor.
— ¿Qué eres?
Por primera vez una respuesta dejaba sin palabras a C50. Me apenó el rictus de tristeza que esbozó.
—Contramaestre P2 a sus órdenes.
—Si va a hacerse cargo de este cacharro, hay varios puntos que me gustaría discutir con usted. Mecánico KK a su servicio.
—Suponía que luego de dos viajes ya se habían realizado todos los ajustes necesarios. ¿Me equivoco?
—No, por supuesto.
—De acuerdo, confió que seguirá en la misma tesitura y navegaremos el BuKu siempre a punto. Gracias.
Se giró media vuelta y encaró directo hacia mí.
—Capitana F1. Es un honor comandar en conjunto esta nave. Nunca habíamos coincidido en una misión. ¿Será porque cambiaste tu denominación?
—Gerente PU.
Entrecerré los ojos y aferré su brazo en silencio guiándolo hasta el espacio colectivo. No había ninguna decoración, los paneles grises daban una sensación de excesiva severidad. Ni música, ni aromas. Habían colocados seis puestos individuales con sus reclinatorios, cada uno con su respectivo platillo metálico, utensilios, copa de cristal y servilleta de mantelería.
Lo ubiqué al lado de la Científica K3 y el Contramaestre P2. Me situé justo enfrente entre el Mecánico KK y C50.
Las conversaciones se orientaron hacia el nuevo miembro, que se explayó sobre su currículum vitae con ampliada minuciosidad.
La cena transcurrió sin sobresalto con un buffet froid monótono que a nadie maravilló.

viernes, 25 de abril de 2008

Vestimenta de gala


Una vez en el puente de mando presiono el interfono.
—Mensaje a toda la tripulación: se da por finalizado el espacio–tiempo libre. Se solicita la concurrencia a la brevedad en el nivel superior. Listos para la recepción.
Sigo percibiendo que algo no encaja en los sistemas del BuKu. El comando es unidireccional en emisión...
—Capi, ¡qué bien que luces! Ese traje azul marino con ribetes plateados en los bordes del cuello, las mangas y los laterales del pantalón te estiliza tanto… que hasta parece que has ganado unos centímetros de altura. Se te ve… ¡elegante!
—Se agradece, C50.
Pienso que no puedo opinar lo mismo. Exhibe un conjunto de lycra ceñido al cuerpo de color naranja con pintitas verde cacatúa y solcitos diminutos dorados. Se ha colocado una peluca multicolor de melena abundante hacia todos los costados posibles y el calzado es una especie de sandalia, con plataforma de unos veinte centímetros, atada con tiras sobre el pantalón.
Se acerca la Científica K3 con un vestido de gasa transparente de color rosa, que deja entrever todas sus anatómicas curvas. Cubren sus pies unos delicados botines al tono. El cabello, con un peinado recogido, acentúa sus rasgos diminutos, simétricos y suaves.
—Capitana F1.
—Científica K3.
— ¿Yo no existo?, o me transformé en un ser invisible.
—C50, ¡qué conjunto más llamativo!
—Gracias, K3, se te ve… ¡despampanante!
Hace su ingreso el Mecánico KK vestido con una camiseta blanca sin mangas que deja relucir los grabados que tiene tatuadas por el cuerpo, unos pantalones de piel sintética, color gastado, botas de seguridad con puntera reforzada. ¿La moto galáctica estará aparcada fuera?
— ¿Qué te parece, KK? Son muy bonitas las damas de esta tripulación, ¿no?
—Sí, bueno, claro…
El último en ingresar nos deja perplejos.
—Contramaestre P2 vamos a acudir a una fiesta.
—Por supuesto, Científica K3, me he puesto mis mejores galas: traje, camisa de seda, corbata y zapatos de charol, todo negro.
—Más bien parece que vas a un entierro, P2, si parecemos los opuestos complementarios: "luz y sombra".
—Así nos vestimos en Saturno para dar un agasajo de bienvenida, C50. Proseguimos.

martes, 22 de abril de 2008

Abismo océanico


Una vez que el Mecánico KK me descartó, dejándome despojada y despatarrada sobre la cama, me puse a reflexionar sobre lo acaecido. ¿Cuál es el objetivo?, del sexus masculinus y del sexus femeninus de la Galaxia.
No voy a solicitar el traslado. Me quedaré y enfrentaré todas estas situaciones que se han interpuesto. Una necesidad imperiosa me condena a llegar al fondo de mí, como si se tratará del abismo oceánico. Me aterra esa oscuridad tan densa acompañada por el silencio sepulcral, pero también me seduce e hipnotiza el misterio de lo desconocido.
Bien, F1, basta de padecer emociones incontrolables, ha llegado el momento de adoptar tus propias decisiones y comenzar a mover las fichas de este partido a tu favor. Pierde quien se resiste a divertirse, pues bien, ¡Jugaré! ¡Al limbo con mi centro ZEN! De nada me ha servido Zafar-Emanar-Novar. ¿Hasta qué punto vivir en equilibrio es un aburrimiento por la falta de experiencias?
Vamos a prepararnos para admitir al Gerente PU. Antes de dirigirme al receptáculo de higiene escondo la Bitácora BuKu entre medio del panel superior, donde sobresale una arista. No me fió del gabinete inviolable.
Termino de asearme y decido ponerme mi vestimenta de gala, sólo la he llevado en dos ocasiones, cuando me gradué de LUG hace más de diez años y cuando fuimos a esa cena con PU por los Festejos Intergalácticos Plutonianos, que finalizó abruptamente cuando se disparó una tormenta de meteoritos.
Salgo al corredor desierto, observó que hay catorce divisiones, siete a cada lado. ¿Era necesario ubicar a PU a mi flanco izquierdo? Habito justo en la mitad a estribor ya custodiada a mi derecha por el Mecánico KK; la Científica K3 está situada a babor en el primer camarote; el Contramaestre P2 del mismo lateral pero en el séptimo lugar y C50… ¿no sé cuál es su compartimiento?

viernes, 18 de abril de 2008

Antediluviano


Me siento a escribir rabiosa. Hasta tengo la impresión que me sale espuma por la boca.
¿Será posible vivir toda esta anormalidad? Mis fuerzas están al límite del colapso. Todavía no he realizado ninguna tarea concerniente con el objetivo de mi contratación y por lo que han manifestado mis compañeros, ellos tampoco, excepto C50, que lo único que hace es cocinar.
¿Cómo es posible que PU me haya rastreado hasta aquí? De nada sirvió cambiar mi denominación. Sus contactos son muy influyentes.
¿Y para qué imponen una comandancia conjunta si desde que empezó este periplo no se ha ejecutado nada? Es absurdo. No puedo compartir con él la responsabilidad del BuKu. Solicitaré traslado ipso facto.
Cierro la Bitácora.
Cuando estoy por salir de mi camarote... Me subyuga alguna morfología similar a un enorme oso polar. Me toma por la cintura y me deposita erguida sobre una silla. Se me cierra la garganta, sin poder pronunciar palabra alguna.
—No digas nada, sé que lo deseas tanto como yo.
Siento como mi vestimenta es rasgada y tirada al plano. Unas manazas aprietan fuertemente mis nalgas paralizándome por poco la circulación sanguínea. Una boca jugosa y áspera succiona mis pechos. Soy lanzada como pelota de rugby a la cama, reboto mientras el jugador se lanza a por mí. Un calor aflora desde dentro de mi entrepierna, algo penetra rozando. Sangro. El movimiento se acelera, similar a un herrero martillando una pieza fundida para darle forma. Cuando su intensidad es máxima, todo acaba con una exclamación de gloria.
— ¿Te gustó?
Me lo quedo mirando al Mecánico KK tratando de inferir que había ocurrido.
—Eres de las calladitas, ¿eh?
¿Cómo le explico que no sentí absolutamente nada? Para ser más precisa experimenté como un antediluviano me invadía pensando que yo deseaba eso.
—En el próximo te consentiré un poco más. Ya puedes presumir que sucedió algo “entre nosotros.”
¡Será obtuso!, ni siquiera se entera de mis sensaciones. Es la primera vez que copulo en cualidad física. Es tan diferente en Neptuno.

miércoles, 16 de abril de 2008

Comandancia conjunta


Nuevamente en el puente de mando, convoco a todo el equipo para retomar la reunión sobre la tarea a realizar en la Galaxia de Andrómeda. Estamos en zona estática de anclaje en fase dos en el vértice más alejado de la base de donde se puso en contacto el Gerente PU.
Para abordar la nave debe ser admitido desde este puesto.
—Bien, vamos a verificar cada uno de los módulos. ¿Comienza, usted? Contramaestre P2.
—Capitana F1, he comprobado que hay una nueva incorporación.
— ¿Quién es el candidato?
—El Gerente Estelar Plutón, un GEP denominación PU.
— ¿Qué? Bajo ningún concepto admitiré su presencia mientras comande esta nave.
—Capitana F1, es admitido en rango compartido con el suyo. Se cambia a comandancia conjunta.
Me siento al borde de la locura, todo gira demasiado vertiginosamente, mis glóbulos oculares dan un giro de noventa grados, mis rodillas se flexionan hacia delante, caigo desparramada, como leche hervida sobre una hornalla incandescente.
—Un poco más de O. Se está recuperando.
—Ya me siento mejor, Científica K3. Sigamos.
—Te deseo —me susurra al oído.
—Sigamos… Mecánico KK.
—Capitana F1.Me han expuesto que el viraje de la nave en el último tramo recorrido no estuvo a la altura que este cacharro se merece, por eso requieren que ajuste los controles de navegación a máxima sensibilidad, entonces voy a adaptar...
—Científica K3.
—Han aplazado la recogida de muestras de materia oscura, hasta nueva notificación. Capitana F1… Además se me solicita proceder como anfitriona para el nuevo…
—C50, ¿ha cambiado algo más que el menú?
—Sí, Capi, me piden que acondicione otro camarote contiguo al tuyo. También que prepare un agasajo de bienvenida, donde todos, sin excepción, deben presentarse.
—Bien, en mi módulo sugiere, que cuando lo crea conveniente acceda el abordaje al Gerente PU. Doy por finalizada la reunión. Se otorga espacio-tiempo libre para toda la tripulación hasta nueva circular

martes, 15 de abril de 2008

Nuevas orientaciones


Una vez en mi espacio de relax, no derramo una sola lágrima. Quiero, pero ya no salen.
Sigo tratando de percibir ¿cómo es posible que me esté sucediendo este caos? Me desplomo sobre la cama. Llaman. No contesto. Una parte de mí se resiste a seguir aceptando tanta insensatez. Vuelven a llamar. Persevero firme en mi decisión. ¿Qué quieren? No soporto más. Insisten. ¿Cuánto más podré tolerar? Otra vez llaman. ¡Basta!, por favor. Tocan, ésta vez sin detenerse. ¿Por qué no abran colocado un sistema óptico en el frontal de cada camarote?
Cedo, abriendo el panel de ingreso.
Ingresa la Científica K3 sonriendo. Toma mi mano y la comprime con fuerza, esforzándose por transmitir un sentimiento. Comienza a desnudarse. Se sienta al borde de la cama sin otro atributo que un collar de perlas en su cuello. No puedo rebelarme. Me siento debilitada. Se levanta y abre la ducha. Prueba el agua con la mano. Me desviste y me lleva al receptáculo de higiene donde me asea todo el cuerpo, haciendo mucho hincapié en la entrepierna. Toma una toalla y me seca con mucha delicadeza. Me deposita sobre la cama de cúbito ventral. En toda oportunidad me hace sentir la seguridad de lo que está aconteciendo.
Se vuelve sobre sus pasos y repite la operación a sí misma. La espió como se enjabona. Veo sus pechos erguidos que me apuntan y advierten del riesgo. No puedo reaccionar. Me cautiva mucho ver una configuración como la mía.
Cierra el acueducto. Se acerca empapada. Se sube a mis nalgas, como si fuera una primitiva amazona montando a pelo sobre un equino. Me estremezco. Nunca había sentido la complexión de otro ser sobrepuesto al mío.
Me siento tan exaltada que busco tantear su cuerpo. Me detiene apretándome fuerte entre sus piernas.
—Relájate. Disfruta de las sensaciones. Permite que tu interior se libere. Te urge con plétora.
—Pero…
—Déjate levar por tu instinto femenino. Inaugura como mujer.

lunes, 14 de abril de 2008

Plutón


Nos reunimos en la cabina de mando. Antes de emitir mensaje alguno, aparece un holograma.
—Gerente PU solicita comunicación con la Capitana F1.
Me paralizo. Si acepté esta misión sin mucha dilación fue por él.
—Capitana F1 deniega comunicación con Gerente PU.
—Delfincita, sólo te pido que me escuches.
—Por qué no le solicitas a la otra que te escuche.
—Sabes muy bien que con ella fue sólo éxtasis.
—Pues, quédate con el “sólo éxtasis” de esa tiburona.
—Eres el amor de mi vida. Te extraño.
—Pues me estás comprometiendo, ya que estoy relacionada con un compañero, el Mecánico KK.
Se giró hacia el holograma con tal cara de tonto, que cumplió con mi cometido, plantar la semilla de la duda.
—Pues te estoy esperando en la base de la Galaxia de Andrómeda y solicito abordar la nave.
¡Pero cómo se atreve a presentarse en mi trabajo!
—Se pierde la transmisión.
—Sé que sigues conectada.
—Ya no.
Oprimí el interruptor cortando el acceso, en realidad hubiera querido cercenar su omnipotencia plutoniana. ¿Por qué continuamente me atraen los seres insensibles, poderosos y absorbentes?
— ¿Qué está diciendo?, Capitana F1
—KK, ¿comentas tú lo que sucedió entre nosotros?
—Capitana F1 no sucedió nada “entre nosotros”
—Ahora lo niegas.
—Sólo hiciste un espectáculo inolvidablemente impúdico.
—Capitana F1 no es profesional participar a un miembro del equipo en sus temas personales.
—Contramaestre P2 no se interponga en lo que no le compete.
—Pues es mi deber recordarle que debe comportarse.
—Pues estoy harta de los seres masculinos. Siempre quieren conservar la razón, la lógica, el pensamiento objetivo. ¡Harta! Me cambiaré de orientación. ¡Estoy hasta la mismísima coronilla!
Observé como todos me miraban estupefactos. Me retire. Lo último que me faltaba era que se presentara mi ex compañero a demandar nuestra intimidad.

viernes, 11 de abril de 2008

Punto de anclada x=2


Agradezco contar con el Contramaestre P2. Atravesamos la paralaje estelar en 775 kpc. Llegamos a las coordenadas estelares ascensión recta 00°42,8′ y declinación +41°16′ sin explosionar. Un grado de variación y el BuKu estamparía en la zona de anclaje, desmembrándonos a todos, como a puré de bebé tirado al suelo. Estos seres son súper precisos, aunque un tanto estrictos. Me he sentido inspeccionada y juzgada. No tiene ningún derecho a inmiscuirse en mis asuntos íntimos.
—Mensaje a todo la tripulación: verificar los módulos individuales de fase dos; reunión en el espacio colectivo; punto de anclada completo; x=2… De inmediato.
Me recibe un espacio cuadriculado en tonos rojos, azules y amarillos, colores primarios de los cuales se componen todas las variaciones. Empiezan a girar los paneles convirtiendo el receptáculo en una esfera multicolor que emite sonidos sicodélicos.
Se torna imposible realizar la reunión. Nadie se oye, ni siquiera gritándose al oído.
El Contramaestre P2 se desmaya, producto del mareo inducido por la exposición a tonalidades contrastantes.
Salimos todos al unísono hacía el nivel superior. KK carga a P2 como si fuera un alfiler de lo fino que es, pura fibra. Posponemos la verificación de los módulos hasta que todos se encuentren en condiciones de acudir.
Pasa un extenso lapso y todos continúan en sus respectivos camarotes. Me inquieta tanta quietud. Decido averiguar cómo sigue nuestro colega.
—Contramaestre P2, Capitana F1 solicita el ingreso.
Se abre el panel de ingreso. Sale una brisa helada que congela mi pecho. El silencio es categórico. Huele a nieve eterna de una cumbre de más de cien mil metros de altitud.
—No se preocupe, Capitana F1, me estoy recuperando. Sólo necesito descansar en soledad.
—Espero que no se tome a mal mi interrupción.
—No tengo tantas pretensiones, me educaron en forma rígida y solitaria.
—Entonces, es una cuestión de responsabilidades.
—Sí, Capitana. Primero el deber, luego más deber y por último, otra vez deber.
—Ni bien se sienta repuesto, proseguiremos.

martes, 8 de abril de 2008

Neptuno cuadratura Marte


—Capitana F1.
—Mecánico KK se puede saber ¿dónde estaba?
—No empecemos así. ¿Qué le parece compartir eso que esta bebiendo?
—De acuerdo, hagamos una tregua. Tome, éste preparado de C50 es muy relajante.
— ¡Está bueno!
—No me ha contestado a su desaparición a la reunión de fase 1.
— ¿Qué le parece si le cuento todo mientras me hace un lugar en el sofá?
Y me tomó entre sus brazos, dos cilindros de metal recubiertos de piel sintético-humana, me apoyó contra el respaldo y se colocó en forma inversa, quedando mi rostro a la altura de sus genitales, puesto que mide más de dos metros del metro sesenta y dos que plasmo.
Le permití el atrevimiento, esperando que C50 regresara pronto con el alimento elaborado.
—Todavía espero una respuesta.
—Eres implacable.
—Le escucho.
—Luego de una batalla, el guerrero victorioso debe descansar para el próximo embate.
Comenzó a hablar sin parar, desde su niñez en el planeta Marte hasta cada una de sus conquistas femeninas por toda la Galaxia, por momentos dejaba de atender a su discurso, las palabras se hacían más espaciadas e inconexas.
De pronto sentí como mi occipucio se incrustaba en el diván a causa de una protuberancia que se inflamaba sobre mi cara.
No recuerdo nada. ¡Qué dolor de cabeza! ¿Dónde estoy? Me palpo. Estoy vestida. Respiro aliviada. Salgo al corredor. ¡Estaba en el camarote del Mecánico KK! Me abalanzo al compartimiento contiguo, mi espacio de relax. Llaman. No contesto. Insisten. Abro el panel de ingreso.
—Capi, te dije que no te excedieras con el elixir. Te traje esta pócima de ácidos acéticos que neutralizan la resaca. Bebe.
— ¿Qué sucedió, C50?
—Nos distes una lección de erotismo a KK y a mí. No sabía que tenías ese bagaje inconfesable, hasta nos brindaste un desnudo rijoso. ¡Estuviste bárbara!

lunes, 7 de abril de 2008

Galaxia de Andrómeda


Me encierro en mi camarote, es inaudito que nos envíen a esa mancha nubosa amarillenta, sin considerar que se encuentre en el espacio diametralmente contrapuesto del cual estamos, además de ser una zona de suma inestabilidad. El mayor inconveniente es literalmente que el BuKu estalle en la zona de anclaje debido a la gran cantidad de materia oscura que opera en su núcleo.
Decididamente he perdido mi centro ZEN, no puedo auto controlarme, me siento absolutamente devastada y sometida a una constante lucha interna en pos de defenderme de un enemigo invisible, porque lo desconozco, pero sé que en algún lugar existe. Cierro la Bitácora y la guardo, como siempre, en el compartimiento inviolable. Si ha de explotar todo, primero quiero gratificarme físicamente.
Bien, F1 vamos al espacio colectivo.
La decoración ha cambiado nuevamente, los paneles son árboles de un frondoso bosque que desprenden aroma a resina, en el centro del recinto sólo se visualiza un único sofá de piel color madera de roble, iluminado por una tenue luminosidad ámbar. A lo lejos se oye el canto de los pájaros casi al amanecer en primavera.
— ¡Qué sorpresa!, Capi, ¿qué te puedo ofrecer?
—C50, ¿que hay para alimentarse?
—Tenemos un surtido de alimento neutro en sólidos y en líquidos siempre disponibles
—Me refiero al alimento elaborado.
— ¡Ah! A la usanza prístina. Debo consultar mi módulo, Capi, pero mientras tanto disfruta de este elixir burbujeante exquisito. Es muy meloso y refrescante, no te pases, que es muy embriagador. Enseguida regreso.
Sabe muy delicioso este preparado color turquesa, con burbujas plateadas que se desintegran sobre la nariz, produciendo un efecto festivo, aunque nada tenga que festejar en este momento.
Otra vez la misma pregunta: ¿porqué acepte comandar esta nave sin conocer a la tripulación?, ¿por qué?, ¿por qué?
Escucho unos pasos que descienden del nivel superior. Es el Mecánico KK.

miércoles, 2 de abril de 2008

Cambio de trayectoria


Hacia tanto que no salían lágrimas de mis ojos que se me irritaron los lagrimales, me quedé sin visión externa. No podía continuar con la Bitácora. Sólo me quedaba reflexionar sobre la vivencia acontecida y sellar la herida con pegamento medicinal para una auto-cicatrización instantánea.
¿Cuánto hacía que no me acariciaba otro ser?, ¿Cuándo fue la última vez que un prójimo había manifestado interés sexual en mí?
Me criaron en el planeta Neptuno, donde nos amamos emocionalmente, nuestros cuerpos nunca toman contacto. Igual sentimos orgasmos, como cualquier ente de la Vía Láctea.
En el BuKu, en un lapso reducido de conocimiento interpersonal, dos veces me sentí avasallada. Debo reconocer que la sensación, una vez superado el temor, fue de éxtasis sublime. Me avergüenza admitir que una parte de mí deseaba continuar la experiencia…
Pero, ¿adónde me dirige todo esto?, ¡a ningún vector!, si al margen de toda esta catástrofe que siento que se avecina, todavía me entrego a vivir nuevas sensaciones, ¿Quién va a guiar esta nave? ¿Cómo vamos a cumplimentar con los módulos?
¡Basta!, vamos a concluir con la primera fase y a continuar sin distracciones.
Paso por delante del camarote de la Científica K3, se abre su panel de ingreso, me giro para mirarla y me muestra unos ojos aún más enrojecidos que los míos, sigo imperturbable hacia el nivel inferior, escuchó que sus pasos secundan mi andar. Antes de ingresar al espacio colectivo, me detengo a observarla. Baja el mentón, evitando el contacto visual. No pronunciamos palabra alguna. Entramos.
— ¿Donde estaban nuestros tesoros femeninos?, ¿Llorando juntas?
—C50 le dispenso de estar presente en esta reunión.
—Capi, es que estoy aburrido.
—Entonces, mantenga los maxilares apretados y apréstese a escuchar. ¿Todavía no se ha presentado el mecánico KK?
—Capitana F1, con tanto aplazamiento, he vuelto a verificar mi módulo y se solicita cambio de trayectoria a la Galaxia de Andrómeda.
— ¿Adónde? Contramaestre P2.