martes, 8 de abril de 2008

Neptuno cuadratura Marte


—Capitana F1.
—Mecánico KK se puede saber ¿dónde estaba?
—No empecemos así. ¿Qué le parece compartir eso que esta bebiendo?
—De acuerdo, hagamos una tregua. Tome, éste preparado de C50 es muy relajante.
— ¡Está bueno!
—No me ha contestado a su desaparición a la reunión de fase 1.
— ¿Qué le parece si le cuento todo mientras me hace un lugar en el sofá?
Y me tomó entre sus brazos, dos cilindros de metal recubiertos de piel sintético-humana, me apoyó contra el respaldo y se colocó en forma inversa, quedando mi rostro a la altura de sus genitales, puesto que mide más de dos metros del metro sesenta y dos que plasmo.
Le permití el atrevimiento, esperando que C50 regresara pronto con el alimento elaborado.
—Todavía espero una respuesta.
—Eres implacable.
—Le escucho.
—Luego de una batalla, el guerrero victorioso debe descansar para el próximo embate.
Comenzó a hablar sin parar, desde su niñez en el planeta Marte hasta cada una de sus conquistas femeninas por toda la Galaxia, por momentos dejaba de atender a su discurso, las palabras se hacían más espaciadas e inconexas.
De pronto sentí como mi occipucio se incrustaba en el diván a causa de una protuberancia que se inflamaba sobre mi cara.
No recuerdo nada. ¡Qué dolor de cabeza! ¿Dónde estoy? Me palpo. Estoy vestida. Respiro aliviada. Salgo al corredor. ¡Estaba en el camarote del Mecánico KK! Me abalanzo al compartimiento contiguo, mi espacio de relax. Llaman. No contesto. Insisten. Abro el panel de ingreso.
—Capi, te dije que no te excedieras con el elixir. Te traje esta pócima de ácidos acéticos que neutralizan la resaca. Bebe.
— ¿Qué sucedió, C50?
—Nos distes una lección de erotismo a KK y a mí. No sabía que tenías ese bagaje inconfesable, hasta nos brindaste un desnudo rijoso. ¡Estuviste bárbara!

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