lunes, 14 de abril de 2008

Plutón


Nos reunimos en la cabina de mando. Antes de emitir mensaje alguno, aparece un holograma.
—Gerente PU solicita comunicación con la Capitana F1.
Me paralizo. Si acepté esta misión sin mucha dilación fue por él.
—Capitana F1 deniega comunicación con Gerente PU.
—Delfincita, sólo te pido que me escuches.
—Por qué no le solicitas a la otra que te escuche.
—Sabes muy bien que con ella fue sólo éxtasis.
—Pues, quédate con el “sólo éxtasis” de esa tiburona.
—Eres el amor de mi vida. Te extraño.
—Pues me estás comprometiendo, ya que estoy relacionada con un compañero, el Mecánico KK.
Se giró hacia el holograma con tal cara de tonto, que cumplió con mi cometido, plantar la semilla de la duda.
—Pues te estoy esperando en la base de la Galaxia de Andrómeda y solicito abordar la nave.
¡Pero cómo se atreve a presentarse en mi trabajo!
—Se pierde la transmisión.
—Sé que sigues conectada.
—Ya no.
Oprimí el interruptor cortando el acceso, en realidad hubiera querido cercenar su omnipotencia plutoniana. ¿Por qué continuamente me atraen los seres insensibles, poderosos y absorbentes?
— ¿Qué está diciendo?, Capitana F1
—KK, ¿comentas tú lo que sucedió entre nosotros?
—Capitana F1 no sucedió nada “entre nosotros”
—Ahora lo niegas.
—Sólo hiciste un espectáculo inolvidablemente impúdico.
—Capitana F1 no es profesional participar a un miembro del equipo en sus temas personales.
—Contramaestre P2 no se interponga en lo que no le compete.
—Pues es mi deber recordarle que debe comportarse.
—Pues estoy harta de los seres masculinos. Siempre quieren conservar la razón, la lógica, el pensamiento objetivo. ¡Harta! Me cambiaré de orientación. ¡Estoy hasta la mismísima coronilla!
Observé como todos me miraban estupefactos. Me retire. Lo último que me faltaba era que se presentara mi ex compañero a demandar nuestra intimidad.

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