viernes, 11 de abril de 2008

Punto de anclada x=2


Agradezco contar con el Contramaestre P2. Atravesamos la paralaje estelar en 775 kpc. Llegamos a las coordenadas estelares ascensión recta 00°42,8′ y declinación +41°16′ sin explosionar. Un grado de variación y el BuKu estamparía en la zona de anclaje, desmembrándonos a todos, como a puré de bebé tirado al suelo. Estos seres son súper precisos, aunque un tanto estrictos. Me he sentido inspeccionada y juzgada. No tiene ningún derecho a inmiscuirse en mis asuntos íntimos.
—Mensaje a todo la tripulación: verificar los módulos individuales de fase dos; reunión en el espacio colectivo; punto de anclada completo; x=2… De inmediato.
Me recibe un espacio cuadriculado en tonos rojos, azules y amarillos, colores primarios de los cuales se componen todas las variaciones. Empiezan a girar los paneles convirtiendo el receptáculo en una esfera multicolor que emite sonidos sicodélicos.
Se torna imposible realizar la reunión. Nadie se oye, ni siquiera gritándose al oído.
El Contramaestre P2 se desmaya, producto del mareo inducido por la exposición a tonalidades contrastantes.
Salimos todos al unísono hacía el nivel superior. KK carga a P2 como si fuera un alfiler de lo fino que es, pura fibra. Posponemos la verificación de los módulos hasta que todos se encuentren en condiciones de acudir.
Pasa un extenso lapso y todos continúan en sus respectivos camarotes. Me inquieta tanta quietud. Decido averiguar cómo sigue nuestro colega.
—Contramaestre P2, Capitana F1 solicita el ingreso.
Se abre el panel de ingreso. Sale una brisa helada que congela mi pecho. El silencio es categórico. Huele a nieve eterna de una cumbre de más de cien mil metros de altitud.
—No se preocupe, Capitana F1, me estoy recuperando. Sólo necesito descansar en soledad.
—Espero que no se tome a mal mi interrupción.
—No tengo tantas pretensiones, me educaron en forma rígida y solitaria.
—Entonces, es una cuestión de responsabilidades.
—Sí, Capitana. Primero el deber, luego más deber y por último, otra vez deber.
—Ni bien se sienta repuesto, proseguiremos.

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